A veces los encuentros con nuestra pareja son más un desencuentro. Si lo que hacemos es discutir, crear dudas, él/ella empieza a sentirse mal consigo mismo y se defenderá del otro. Son encuentros estériles, sin vida y buscará nutrirse con otra cosa como el trabajo, los hijos, otras parejas sexuales.
A la larga se aburre, lo cual, le conducirá a la indiferencia, que quizás es una de las peores sensaciones y puede ser una causa de divorcio.
En esta situación, cualquier cosa que ocurra en su vida, que le resulte emocionante o incluso peligrosa, es preferible al aburrimiento. Una pelea es mejor que estar aburrido. Puede matarse en ella, pero al menos se sentirá vivo mientras se desarrolla.
Si te está ocurriendo esto, quizás puedas preguntarte qué te está pasando a ti, que estás tratando de pedir a través de esa queja, de esa discusión. Que estas queriendo/necesitando del otro y expresárselo de forma asertiva en vez de hacerle reproches.
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